El último informe de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura(FAO, con las siglas en inglés) sobre el estado de los bosques en el Mediterráneo pone en relieve el incremento de la degradación de los bosques. El documento manifiesta que España, Francia, Turquía e Italia albergan el 64% de los bosques mediterráneos, y subraya que el cambio climático, la degradación de los recursos naturales, la evolución demográfica, la migración y la transición energética los están amenazando.
Las Naciones Unidas apuntan que los bosques proveen importantes beneficios y servicios a la población y se calcula que la cifra llegará a los 670 millones de euros en 2050. Teniendo en cuenta todos estos factores, los efectos negativos no pararán de aumentar si no se toman medidas para prevenir la degradación de los recursos naturales y de los bosques mediterráneos. Unos efectos que según el Centro de Investigación Ecológica y de Aplicaciones Forestales (CREAF) ya se han empezado a notar.
Según uno de los investigadores del CREAF que ha colaborado en la elaboración del informe, Enrique Doblas, la degradación de los bosques a la zona norte del Mediterráneo se debe principalmente al abandono de la tierra y los incendios, mientras que la zona sur sufre sobreexplotación de la leña, sobre pasturaje y la presión demográfica. A causa de la carencia de agua, se producen sequías que obligan a los árboles a agotar las reservas de carbono y esto produce la disminución de robles, abetos, hayas y pinos. Más concretamente Doblas destaca el aumento de las temperaturas, los patrones cada vez más irregulares de lluvia y las sequías prolongadas como algunos de los factores que más alteran la distribución de los bosques.
Los incendios forestales, a pesar de que han disminuido en número, han aumentado respecto a terreno afectado. Es decir, hay menos incendios pero los que hay son de mayor envergadura. De hecho, la campaña de incendios del 2018, que se llevó a cabo entre el 15 de julio y el 15 de septiembre, concluyó con 115 hectáreas de bosque quemado.
Algunas de las acciones concretas que se piden consisten en:
- Crear alianzas sólidas entre los sectores públicos y privados para la gestión forestal.
- Elegir y plantar especies de árboles mezcladas para reducir el impacto de las sequías.
- Acciones de prevención y restauración de la vegetación en casos de incendios forestales.
- Reforzar las cadenas de valor forestal.
En las conclusiones del enmendado informe, la FAO destaca que hace falta una financiación apropiada para diseñar, integrar, e implementar unas buenas políticas que respeten los bosques y se redirijan hacia una economía verde. También se remarca la importancia del acuerdo de la convención de Rio donde los países firmantes, entre ellos España, se comprometieron a combatir la degradación de los bosques.
Podéis ver el informe completo de la FAO haciendo clic en el siguiente enlace.